martes, 30 de septiembre de 2008

Para Ti, Mi CaSi DesConoCida

Quiero decir que me hubiese encantado ser tu amiga de infancia, tu vecina, en volá tu prima, haber crecido contigo, conocer tu oscuridad, merodear por tus paredes hasta llegar a tu luz y no encandilarme. Me gustaría haber sido tan ordinaria para ti, como el agua.
Pero no fue.
Y me siento tentada a saber qué es lo que piensas al despertar, qué es lo que odias de tu pieza, cómo recuerdas los sueños y cómo los olvidas, cómo saludas a tu madre, qué tomas de desayuno, cuánto demoras en vestirte, qué añoras, a quién más extrañas, qué quieres del futuro y qué no quieres del pasado, cuánto olvidas, cuánta fe te va quedando, cuál es tu calle favorita, tu plaza favorita, tu antro preferido, cómo cambia tu genio, qué te robarías, en qué nunca has reparado, dónde lloras, con qué ríes, qué te divierte, a cuántos has rechazado, cuántos te han ignorado, a cuántos has deseado, qué lamentas, cuánto te pesa en la espalda, con qué te desarmas, cuánto demoras en regenerarte, qué decides, qué te cuesta, qué se te hace fácil, con qué drogas te calmas, a quién culpas, a quién admiras, quién eres, cómo te camuflas, en qué ocasiones te exhibes, te exhibes alguna vez?, qué te vuelve loca, qué te tira al piso, qué te descontrola, te descontrolas? Cantas? Qué das, te gusta dar?, te gusta recibir?, dime si me prefieres disfrazada de ángel o de humano, temes que no sea yo o temes que no seas tú? quién daría la vida por ti, alguien te escucha? Qué te sobra, qué puedo quitarte, qué necesitas, qué puedo darte realmente…
Dímelo todo, yo estoy aquí, he divagado por tanto tiempo, quiero detenerme, quiero compartir un poco de vida contigo, quizás más que un poco, quién sabe, quizás toda, quizás me quede para siempre.
Y dímelo todo, porque no sé nada.
Y me quiero quedar, y quiero que tus secretos sean míos, quiero guardar silencio y lealtad a tu necesidad y que tú, a cambio, guardes mi corazón en tu ficticia frialdad.
Tráeme la vida, juguemos a desarmar las piezas, juguemos hasta olvidar que tu amado fue nuestro amante, hasta que no sea tan nocivo, juguemos hasta que oscurezca y amanezca, juguemos hasta que seamos cómplices, hasta cuidar nuestras espaldas, hasta aflorar, hasta que te viertas en mí y seas más libre que nunca, juguemos a que lo seas todo, a veces no tan digna, más adorable, menos pesada, no tan perfecta, no tan entera, menos sabrosa, y que a pesar de eso tu razónconvicciónnaturaleza siga tan implacable. Juguemos a volar.
Porque eso es lo que me recuerdas, que debo volar y úsame de escusa para auto-recordarte que tú también debes hacerlo y que no debemos dejar de intentarlo nunca.
Y dale, los primeros momentos no los tendremos de nuevo… son irrecuperables, pero hagamos que se extienda, comulguemos y perdonémonos los pecados del día en la noche y respiremos la calma.
Quieres??
Juguemos??
Si no, por lo menos hagamos alguna wea, podríamos ir a tomar un café por Bellas Artes, y te podría contar lo que sé de mi y hasta intentaría explicar, sólo para ti, lo que no he podido explicar a nadie.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Incosecuente no soy...

Pequé de ingenua, masoquista, pendeja, ilusa, autodestructiva y estúpida cuando pensé que tú también lo hacías, cuando pensé que éramos y no éramos, cuando pensé que ardías como yo todo el día con todos los fuegos, cuando pensé que éramos los dos weones más vivos de la tierra. Cuando pensé que el milagro era posible.
Es por esto que todos tus discos pares, tus sólo 20 km por hora, tus semáforos en rojo, tus mieditos y precauciones, hicieron que hoy ya no seamos… ni amigos, ni amantes, ni compañeros, ni hermanos.
Y si hoy ya no te hablo, no te miro, ni te necesito es sólo una demostración de lo que me costó alguna vez ser decente contigo y no pasarme por la raja tus plegarias de niño-bien que nadie cree y dejar mis propias convicciones de lado para no asaltarte con mis manos, robártelo todo de una vez y empujarte al vacío lleno de todo lo que tanto no-querías

No fuimos, no somos y no seremos nunca… los dos weones más vivos de la tierra.